Instalación junto a Claudia Cordero y Jaime Arellano en calle Lastarria. 

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La acción reflexiona sobre la mirada vista como energía, sobre cómo todo lo que nos rodea, existe o desaparece dependiendo de la mirada-energía que dirijamos a aquello. Círculos de colores puestos secuencialmente atraen la mirada del transeúnte- espectador a un objeto funcional y gris, y lo invitan a establecer una relación sensorial y emocional que hace desparecer el cemento como material, priorizando la suavidad y amabilidad de la tela. Entonces, la obra se completa con la sorpresa y curiosidad de quién la mira y la toca, con la mirada-energía que la ilumina; como un foco que le da presencia escénica.   

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Tejedoras: Claudia Cordero- Úrsula Arellano

Técnico: Jaime  Arellano

Donación de telas: Vera Correa